Política

Argentina. Martín Schorr, investigador del CONICET: “Este modelo exportador solo funciona con más del 50% de pobres”

10 de enero

Martin Schorr es investigador del CONICET, docente de las universidades de Buenos Aires, San Martín y Quilmes, y autor de varios libros, el último coescrito con Francisco Cantamutto y Andrés Wainer, Con exportar más no alcanza (aunque neoliberales y neodesarrollistas insistan con eso). En base a este trabajo, analiza el modelo económico de Argentina y la falta de debate sobre ciertos temas. También señala que actualmente el modelo exportador solo funciona con altas tasas de pobreza.

El libro, por un lado, cuestiona la idea de lo que ustedes llaman el mandato exportador y la consigna de que con aumentar las exportaciones alcanza para resolver el problema de la restricción externa. Pero, al mismo tiempo, el libro dice: No se promueve el aislacionismo ni tampoco se niega la importancia de las exportaciones. ¿Cuál es el eje de la crítica a lo que ustedes llaman el mandato exportador, el consenso exportador, este clamor que hay muchas veces en la clase dirigente sobre la necesidad de aumentar las exportaciones?

Nosotros discutimos dos o tres ejes que hoy tienen bastante consenso. El primero es un reconocimiento de que lo mejor que se puede hacer para generar un esquema de crecimiento que nos permita subsanar estructuralmente, se plantea, los problemas de escasez de divisas tiene que ver con la idea de un modelo traccionado por exportaciones. Esto tiene dos o tres beneficios desde el punto de vista del planteo. El primero es que libera dólares, libera divisas y esto es fundamental para atacar los problemas de la restricción externa o la escasez de dólares. El segundo es que permite pagar la deuda externa, que es el otro gran planteo que subyace a estos argumentos. Y, finalmente, que si la economía crece traccionada por exportaciones, la torta aumenta y por esa vía estamos en condiciones de encarar una estrategia de redistribución del ingreso. Nosotros discutimos las tres cosas con este argumento, que nadie está planteando no exportar, sino por lo menos tensionar este argumento. El primer elemento muy importante del punto de vista del planteo es que en esta mirada, que es compartida por neoliberales y también por mucha heterodoxia, la distribución del ingreso se presenta como el punto de llegada, como una variable dependiente de un modelo económico traccionado por exportaciones, pero eso es una promesa que nunca llega, que tiene que ver con ciertas debilidades del planteo y que en definitiva nos hace pensar o plantear que la distribución del ingreso quizás tenga que ocupar otro lugar. El segundo elemento en esta idea del crecimiento traccionado por exportaciones que no aparece en la reflexión es quién exporta. Porque hay toda una idea muy difundida de “Argentina exporta por año tantos miles de millones de dólares” y en realidad son no más de 100 empresas que concentran aproximadamente el 75% de lo que se exporta desde el país, que en la medida que son todas empresas muy transnacionalizadas, muy concentradas y demás, buena parte de los dólares que generan por las exportaciones después van al Banco Central por otras ventanillas a conseguir dólares para mandar afuera, para pagar deudas, para fugar divisas, para distintos pagos de dividendos, utilidades, etcétera A punto tal que si vos hacés el neto de cuánto le dan a la economía y cuánto se llevan te da una perspectiva negativa como tendencia.

Y el tercer elemento es el tema de la deuda, que me parece que ahí hay dos cuestiones de fondo. La primera es que en estas miradas se asume como que la deuda necesariamente hay que pagarla y que no se puede discutir nada del proceso de endeudamiento largo que viene teniendo Argentina en las últimas ya largas décadas. Y en segundo lugar es que es un modelo que articula los intereses de intereses muy concretos de la clase dominante, fundamentalmente del capital financiero internacional, los acreedores de la deuda con esta gran cúpula exportadora transnacionalizada. Entonces ahí también hay un tema que termina siendo un modelo muy funcional a lo que se llama el poder económico o el círculo rojo. Bueno, estos tres elementos que acabo de mencionar no aparecen en el planteo, sobre todo el segundo, esta idea de hay que exportar, exportar, exportar para resolver estos problemas de restricción externa que no contempla que Argentina en los últimos 30 años se ha cansado de tener superávit comercial y nos hemos cansado de tener crisis en el sector externo. Por lo tanto, ahí hay otros elementos que están jugando que no aparecen en este discurso.

Ustedes lo que plantean es que el problema de la restricción externa no es la generación de divisas, sino la retención de esas divisas, porque se van por distintas vías. Ahora, ¿cómo se hace? Ustedes dicen: ya no se exporta más para crecer, sino para sostener el flujo de salidas y solo después, si se puede, con lo que queda, crecer. ¿Cómo se hace para alterar esa lógica, para desbaratar esa trampa?

Ahí hay dos elementos fundamentales por el lado de la oferta y la demanda. Por el lado de la oferta de divisas, es muy importante que sepamos o que tengamos presente qué exporta Argentina. Argentina exporta en un 80% producción primaria y en el mejor de los casos, con algún agregadito de valor. Pero esto tiene dos problemas importantes centrales. El primero es que Argentina es un país productor de materias primas, pero no tiene esa producción mayor articulación con la estructura económica. No es como, qué sé yo, Noruega, que exporta un montón de hidrocarburos, pero ese crecimiento le tracciona mucha demanda de producción industrial que abastece al sector petróleo. Entonces tenés un problema que es que el horizonte de crecimiento es chiquito. Entonces ahí hay un primer elemento que hace pensar que capaz que la torta no va a crecer tanto afianzando este tipo de estructura productiva y de inserción internacional. Y el segundo elemento es que cuando vos estudiás en el largo plazo la evolución de los precios y la demanda mundial de estas cosas que Argentina exporta, ves mucho comportamiento oscilante, mucha erraticidad. Y esto es un problema porque incorpora a la dinámica económica interna los problemas, los vaivenes del mercado mundial y cualquier estornudo a nivel internacional te repercute internamente y esto es habitual. Entonces ahí hay un problema y por el lado de la demanda yo creo que es muy importante tener en cuenta qué es lo que explica las salidas de divisas. Y ahí hay cuatro elementos que nosotros identificamos en el trabajo. El primero es un problema de estructura productiva que arrastramos de larga data y que los sucesivos embate del neoliberalismo han hecho que la estructura económica de la Argentina sea muy dependiente de importaciones.

Entonces, toda la discusión alrededor de la política industrial y sobre todo de la política de sustitución de importaciones, tendría que ocupar en ese debate un lugar. El segundo elemento fundamental y estructural es la deuda externa, que es un elemento muy condicionante. El tercero es algo que se discute poco, que es que Argentina es una economía muy extranjerizada. Y esto es un problema porque el capital extranjero que se radica en el país no viene a desarrollar y a hacer que los argentinos vivamos mejor, sino centralmente a ganar lo más que puede para remesar utilidades y distintas cosas al exterior que implican salida de divisas. Y el último elemento es lo que se llama, por poner un registro que todos escuchamos, fuga de capitales, fuga de divisas, formación de activos externos, que tiene mucho que ver con dos cosas. Por un lado, mucha dolarización de ganancias financieras, de sectores de muchísimo poder adquisitivo. Este es un elemento muy importante. Y, en segundo lugar, la falta de instrumentos de ahorro en pesos en una economía tremendamente volátil, que por lo tanto el dólar oficia de reserva de valor. Entonces te diría, por el lado de la oferta, es un modelo de una tasa de crecimiento en el mejor de los casos chiquita. No arrastra mucho al conjunto de la economía. Por el lado de la salida de divisas, tiene mucho que ver con el comportamiento de actores muy ligados al poder económico y sectores de altísimo poder adquisitivo.

De los años de lo que fue el Frente para la Victoria primero, después el Frente de Todos, ¿ahí ustedes qué elemento consideran central para explicar que no se haya podido desbaratar este problema? Porque fue algo que sucedió durante los años del Frente para la Victoria, primero, después del Frente de Todos, que tuvo un superávit comercial excepcional. Incluso esto lo discutió Cristina, lo discutió Guzmán, se admitió que había superávit comercial y se perdieron. No se pudo acumular reservas bajo el Frente de Todos. Pero es algo que sucedió también durante el Frente para la Victoria y con control de cambios, que algunos dicen: ese es el problema, que hoy lo mantiene Milei. ¿Cuál es el elemento central que llevó a que la restricción externa se profundizara o no se pudiera revertir?

—Creo que tiene que ver con las cuatro cosas que charlamos antes. Primero, una gran debilidad en términos de estrategia industrial. Realmente se hizo muy poco en materia de política industrial y sobre todo en materia de política de sustitución de importaciones. En segundo lugar, la deuda aparece siempre como un elemento que no se cuestiona más allá de las renegociaciones y de las reestructuraciones. Tercero, fueron planteos que consolidaron estructuralmente un predominio muy fuerte del capital extranjero que sin cepo o sin controles de cambio, para ser más justos, te termina remitiendo al exterior entre el 70 y el 80% de las utilidades que genera cada año. Y finalmente, la fuga, que también fueron momentos donde más allá incluso de los controles de cambio, tuviste procesos de fuga fuerte. Entonces te diría fueron momentos donde hubo muchísimo superávit comercial, pero donde finalmente la confluencia de estos elementos más estructurales que dan cuenta que la restricción externa es un tema mucho más complejo que quelas exportaciones no alcanzan a las importaciones, bueno, confluyeron críticamente en esos escenarios.

Milei ganó las elecciones. Estamos quizás hoy en otro escenario. Te pregunto por la crisis justamente de estas dos corrientes, tanto la de neodesarrollistas, que podemos identificar con el peronismo, o neoliberales. Uno podría decir el menemismo, Macri. Y tiene una política que combina, por un lado, un régimen de grandes inversiones, el RIGI, obviamente pensado para Vaca Muerta, pensado para la minería, pensado para el litio. Ese gran endulzante, si querés, o esa gran oferta para las grandes inversiones combinada con control de cambios que todavía no lo desactivó. La salida del cepo es una promesa de campaña, pero estamos casi a un año de gobierno y se mantiene el control de cambios. A diferencia de lo que hizo por ahí Macri, que de entrada decidió eliminar todos los controles. ¿Cómo lo definirías a Milei en este mix? ¿En qué medida representa algo nuevo? ¿En qué medida es un mix de lo que ya existía?

A tu caracterización le agregaría algo más, que es el 60% de pobres, 50 y pico % de pobres. ¿Por qué? Porque este modelo exportador que estuvimos conversando tiene o está conducido por actores que viven del mercado mundial. No es el poder económico de otro tiempo que necesitaba que los salarios fueran altos, que la demanda interna traccionará un ciclo económico que devolvía en ellos en mayor rentabilidad. Acá es distinto. En la medida en que la mira está puesta en el mercado mundial, los salarios nuestros, cuanto más bajos, mejor. Entonces, en esa mirada, lo que combina claramente Milei es el mandato exportador en su máxima expresión, porque todo está hecho para pagar la deuda. Estos esquemas, como el RIGI, están muy asociados a este capital transnacional que conduce la salida exportadora, porque la condición de posibilidad de esa salida es el infraconsumo de una parte importante de la sociedad. Y te diría que lo que vos identificas como novedoso, que sería el control de cambio, en realidad tiene que ver con cómo administra en un escenario de escasez de divisas la cuestión para que el tipo de cambio no se le vaya por las nubes. Pero me parece que está claro que está orientado a profundizar este tipo de inserción con la condición de posibilidad muy fuerte que es esta cuestión de los salarios bajos, de un país tremendamente desigual y donde, en definitiva, la condición de posibilidad de la inserción exportador es el infraconsumo de amplias capas de la sociedad.

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