Noticias | febrero 28, 2020

Laboratorio Favela: la investigación de Marielle Franco antes de ser asesinada


Laboratorio Favela: violencia y política en Río de Janeiro es la tesis con la egresó Marielle Franco en la Maestría en Administración en la Universidad Federal Fluminense. La investigación, recién publicada por la editorial Tinta Limón, reúne también algunos textos fundamentales para acercarse al pensamiento de esta militante mujer, negra, lesbiana, favelada y concejala, que fue asesinada el 14 de marzo de 2018.

Laboratorio Favela es al mismo tiempo una denuncia sobre el punitivismo que fue adquiriendo el Estado brasileño y el accionar de las fuerzas de seguridad sobre las poblaciones pobres. Una política que habilita la suspensión de derechos básicos de la población de la favela y a su vez sostiene y refuerza todos los estigmas que asocia a esta población con la delincuencia.

El cuerpo central del libro está compuesto por la investigación política hecha por Marielle en 2013. Ese año debían instalarse las Unidades de Policía de Pacificación (UPP) en el Complexo da Maré. “El objetivo general de este trabajo es demostrar que las Unidades de Policía Pacificadora, como política de seguridad pública adoptada en el estado de Río de Janeiro, refuerzan el modelo de Estado penal, absolutamente integrado al proyecto neoliberal. Aun cuando tengan diferencias, centradas en la sustitución de las conocidas incursiones policiales por un modelo de control y ocupación del territorio por armas oficiales, ese hecho no significa, necesariamente, un cambio profundo de la política vigente”, escribió “En los territorios de las favelas, la política oficial de combate a las drogas y la criminalidad violenta se caracteriza por estrategias de confrontación armada contra la venta al menudeo, estrategias en las que las incursiones policiales o el establecimiento de estas fuerzas en este territorio, refuerzan la inminencia de enfrentamientos y las restricciones a la vida cotidiana”.

A continuación te compartimos un adelanto del libro:
La lógica machista nos persigue todo el tiempo y la sentimos con intensidad, principalmente cuando decidimos ocupar un espacio en la institucionalidad política. Y esto se refleja en el cotidiano de nuestra scampañas electorales, sean o no feministas. Imprimir la imagen de nuestro rostro en un afiche es una invitación al asedio, que va desde pedidos de casamiento hasta propuestas de trueque de un voto por un beso. Todo con mucho humor y sonrisas de oreja a oreja, como buena parte de la estética del machismo, que en la mayoría de las veces acaba en violencia, psicológica o física contra la mujer, y alimenta la cultura de la violación.

¿Exagero? Para nada. Necesitamos repetir como un mantra: Brasil ocupa el quinto lugar en la tasa de homicidios de mujeres en la lista de 83 países, de acuerdo con el Mapa de la violencia de 2015. Entre 2003 y 2013, el número de asesinatos aumentó 21%. Eso significa que en diez años pasó de 3937 a 4762 víctimas. Son 13 mujeres muertas diariamente.

Si hiciéramos el recorte de las mujeres negras, los datos son todavía más alarmantes. Hubo un aumento de 54,2%, de 1864 víctimas en 2003, pasó a 2875 en 2013. El feminicidio se concentra en la juventud de 18 a 30 años.

En Río de Janeiro, por ejemplo, el noveno Dosier Mujer 2014, organizado a partir de los registros de las comisarías, demuestran que la violencia sexual genera el mayor número de hechos. En 2013, de las 6501 víctimas, 4871 (82,8%) son mujeres violadas. El estudio revela que la violencia también se da por medio de amenazas y lesión corporal y los probables agresores son compañeros o personas del entorno familiar.

Construir políticas públicas preventivas que puedan actuar sobre un ambiente diferente al penal es uno de los grandes desafíos que tenemos en nuestro trabajo y uno de los objetivos en la acción parlamentaria en un futuro mandato de concejala de Río. Se trata de articular la educación y la cultura como potencia, con nuevas estéticas en que las mujeres sean protagonistas. Este es uno de los pasos fundamentales para debilitar las acciones machistas, y para respetar más a la mujer, sea en las relaciones domésticas, laborales y cotidianas.

Lo que nos alienta en este proceso de construcción política, es identificar la fuerza de la empatía y del afecto. Son decenas de jóvenes mujeres, en las más variadas acciones callejeras, que se ponen a disposición al servicio de esta lucha colectiva. Antes incluso del resultado electoral, ya hay una victoria de la vida política, que florece como rosas que rompen el asfalto.

En este sentido, reafirmamos: nuestra lucha es por la vida de las mujeres. Apostamos que contra la cultura de la violación, del machismo, del sexismo, solo una cultura de derechos. Por eso estár en política es tan urgente. Somos nosotras que tenemos que legislar sobre nuestros cuerpos, deseos y destinos. La lucha política institucional, en casas legislativas tan misóginas y racistas, necesita ser ocupada para representar de hecho todos nuestros anhelos. Para hacer valer la vida, soy candidata porque nosotras somos necesarias. ¡Yo soy porque nosotras somos!

Fuente: Cosecha Roja

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