“Qué momento: a pesar de todo les hicimos el Encuentro”
El 37° Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias finalmente se realizó en Jujuy con una participación estimada de más de 80 mil personas. Su concreción, en tiempos de crueldad libertaria, fue motivo de festejos en una reunión que desbordó de sentimientos: del dolor a la calidez de la empatía, de la felicidad del reencuentro a la alegría de compartir una lucha. La síntesis se cantó con fuerza en la marcha de cierre: “Qué momento, qué momento, a pesar de todo les hicimos el Encuentro”.
El canto da cuenta de las dificultades que la organización del Encuentro autogestivo y les participantes mismas debieron atravesar, con una crisis económica que se hizo sentir. Muches quedaron en el camino, resignando su participación por falta de recursos para afrontar los costes.
En la mañana del domingo, en el cierre del Encuentro, por aclamación fue designada la provincia de Corrientes para el reencuentro del año próximo.
La marcha por San Salvador de Jujuy
La multitudinaria marcha que recorrió las calles de San Salvador de Jujuy expresó la resistencia al modelo de extrema derecha que encarna el presidente Javier Milei. Se manifestó por la defensa de la universidad pública y el rechazo a las políticas de ajuste que cercenan derechos, como los despidos de trabajadores estatales. El acompañamiento a las comunidades indígenas que resisten el avance de la explotación minera del litio en zonas de gran impacto ambiental, como la Salinas Grandes y la Laguna de Guayatayoc.
La denuncia de la continuidad de la violencia contra las mujeres y disidencias, cuya máxima expresión son los femicidios y transfemicidios. Poco antes de que se iniciara la marcha se conoció que hubo un nuevo femicidio en Jujuy: una mujer de 65 años de edad fue asesinada por su expareja.
La marcha también le dedicó otros cantitos y pancartas al presidente, cuya máxima expresión fue un rutilante cartel en celeste con la leyenda: “La patria no se vende”, pasando por uno que recordaba: “No hay paz sin pan y trabajo. Luchemos para que se vayan”.
Como es habitual en cada encuentro, la marcha interpeló a les curioses que observaban desde puertas y ventanas. Algunes celebrando el paso de las mujeres y disidencias festivas, y otres mostrando desagrado. “Señor, señora, no sea indiferente nos matan en las calles/ Señor, señora, no se indiferente, mutilan a los niños en la cara de la gente”, coreaban les caminantes.
En el día en que se conmemoraba la llegada al continente de la invasión española, y en tierra de pueblos originarios, se destacaron carteles en quechua. Y los grupos de marchantes con instrumentos andinos como los sikus. Las más celebradas, las copleras con sus cajas: “Jarana, jarana, que dirán de mí mañana, qué digan lo que quieran a mí no me importa”.
La extensa columna caminó por más de una hora siempre al costado del río Xibi Xibi, desde el Parque Arias hasta la zona centro donde se instaló el escenario. Fue el cierre festivo de dos largas jornadas en las que el corazón del encuentro, los talleres de reflexión e intercambio sobre distintos ejes que atraviesan la vida social y política, produjeron sus conclusiones para el documento final.
Un encuentro con más de 100 talleres
Ciento tres talleres sobre 16 ejes de discusión y trabajo se desarrollaron en distintos puntos de la ciudad de San Salvador de Jujuy, dependencias de la Universidad Nacional de Jujuy, escuelas y otros espacios habilitados para el intercambio. En medio del ataque del gobierno de La Libertad Avanza a las universidades públicas, en algunos casos, como la Facultad de Humanidades, les talleristes compartieron el espacio con estudiantes en tomas.
Las temáticas de los talleres comprendieron un amplio espectro, entre otros, el repaso por la historia de los encuentros, las tensiones que los atraviesan, los movimientos de mujeres, disidencias, feminismos y transfeminismos; el activismo; pueblos indígenas; identidades sexogenéricas; relaciones sexoafectivas; defensa de la salud; desocupación; educación; violencias de género y diversidad; trata de personas; derechos humanos, coyuntura geopolítica y económica.
El eje Trata de Personas y Sistemas prostituyentes fue quizá uno de los que más atención generó en el mismo Encuentro. Ya el primer día hubo tensiones, que se resolvieron con una propuesta para que el próximo encuentro estos temas constituyan un solo taller, y que se haga una marcha para visibilizar la trata de personas.
«No elegí que tomen mi cuerpo, no elegí que tomen mi vida, no elegí que arruinen mi vida”, dijo una mujer boliviana que llegó al país secuestrada por una red de tratas. Hablaba en nombre suyo y de otras víctimas, y señaló que el Estado se olvida de las personas que han sufrido este delito. “Somos todas olvidadas”, lamentó antes de proponer que se pensaran alternativas “para que también las víctimas podamos reintegrarnos a la sociedad”.
Una trabajadora social de Neuquén destacó que en su provincia hay cada vez más casos de trata de personas con fines de explotación sexual asociados al narcotráfico y al narcomenudeo. Además, dijo que Neuquén y la vecina Río Negro, “son ruta de la trata, por el petróleo”.
Una participante de Salta agregó que algo parecido está pasando en su provincia y en Jujuy, asociado a la minería del litio.
Una participante del colectivo LGBT+ que venía de Buenos Aires y se definió como “sobreviviente de la posdictadura” recordó la persecución de la que fueron víctimas por parte de la Policía, junto a la recordada Lohana Berkins. “Pusimos las muertas”, dijo. Y reclamó: “Pasemos del feminismo de Recoleta al feminismo del barro”.
Una lógica mercantil
Unas aulas más allá, en la Facultad de Ciencias Económicas, se debatió sobre Sistemas prostituyentes. Muchas intervenciones hicieron hincapié en el estrecho vínculo entre la falta de oportunidades económicas y la prostitución. Una participante señaló que hay nada que esté por fuera del mercado”. El sistema “violento, patriarcal y racista” está finalmente detrás de todo, en el que los clientes que consumen la prostitución “pagan por desigualdad”, no por mujeres, aportó alguien. “Hay que concientizar a todes, a todas las masculinidades”, agregó otra.
El uso cada vez más extendido entre adolescentes y jóvenes de plataformas virtuales también fue motivo de análisis. “¿Qué hacer para que no se romantice no se legalice el uso de plataformas como Only Fans?”, inquirió una participante. La respuesta fue más educación sexual. Otra llamó a “romper con el tabú de que la prostitución sea deseable. Entre las muchas intervenciones, se propuso valorar la labor de las promotoras territoriales que algunos estados impulsan, pero que sobre todo tienen presencia a través de organizaciones sociales.
Sobre la trata de personas, pidieron se habilite un cupo laboral para víctimas de la trata y se las escuche. Participantes de Salta pidieron que en las conclusiones se haga una referencia a la ruta de la soja, y de la trata, como se conoce en la zona a la ruta provincial 5, por donde circulan camiones con el poroto de soja, y también a la próxima habilitación del Corredor Bioceánico Capricornio Norte, que atraviesa el Chaco salteño en una zona donde hay una población indígena mayoritaria y sobre el que ya hay un alerta por el avance de la trata de personas. También en este taller se propuso que se haga una marcha contra la trata.
En el Encuentro también hubo talleres con un enfoque diferente: el trabajo sexual como un ámbito que requiere de derechos y protecciones. Diana Ortiz, integrante del sindicato AMMAR que nuclea a Trabajadorxs Sexuales de Argentina, reflexionó el primer día sobre su organización como trabajadoras: “La gente ahora nos escucha en primera persona. Nosotras nos ganamos la vida con el sudor de nuestra frente”.
Conocer para defender
En el taller de Política se reflexionó, entre otras cuestiones, sobre la participación de las mujeres y disidencias en la política y se destacó la necesidad de reformar la ley de cupo femenino, y pensar en un cupo para el colectivo LGTB, un 33, 33, 33.
En el taller sobre antiimperialismo, solidaridad e integración latinoamericana se trabajó mucho sobre la defensa de la universidad pública, aunque también se subrayó que es necesario transformar las universidades públicas para que se incorpore pensamiento latinoamericano. La frase que sintetizó el taller fue “conocer para defender”. La explicó la estudiante Melani, de Buenos Aires, refiriéndose a la falta de conocimiento sobre la realidad latinoamericana en general. Otra la amplió: “Conocer para defender, conocer para amar, porque no podemos defender lo que no amamos”.
Melani introdujo la necesidad de revisar los contenidos de estudios de algunas universidades, para incorporar a autores del continente. “Dame un autor latinoamericano que me plantee los mismos temas pero otra visión”. Para conocer la perspectiva propia, pidió antes de cuestionar que “siempre se miran sistemas políticos económicos de Europa o EEUU, pero no nos sirven”, porque han sido pensados para otras realidades.
«Está bueno poder plantearse no solo la defensa, sino también la transformación de esa universidad”, agregó otra estudiante, Mina, de Entre Ríos. Para poder discutir Argentina y Latinoamérica, dijo, y alertó sobre el avance de la desmalvinización. “Argentina no termina en Tierra del Fuego”, recordó. También pidió pensar “Si estas universidades que defendemos están formando para ser soberanes, porque hay universidades que son profundamente eurocentristas”.
Carla, de Catamarca, que puso el eje en la presencia en su provincia de grandes capitales atraídos por el litio, propuso la formación de redes de cuidado, “ante la persecución política y policial” actual. En el taller sobre Migraciones, en el que se hizo un repaso por las políticas violatorias de derechos que lleva adelante el gobierno de Javier Milei, se propuso que se incorpore “la mirada del migrante” en “todas las organizaciones».
Territorios y extractivismos
La presencia de más de 80 mil mujeres revolucionó a San Salvador de Jujuy. Las habituales ferias de artesanías y puestos de venta se vieron robustecidos y hasta sobrepasadas por la llegada de mujeres y disidencias.
“Por qué dividen, por qué llamarlo Encuentro de Mujeres, debería ser Encuentro de Mujeres Artesanas”, recriminó un jujeño algo confundido que con su mujer compraban chucherías en la plaza Belgrano, frente a la Casa de Gobierno de Jujuy. El hombre, que dijo ser “maestro y empresario” estaba, sin embargo, feliz por les visitantes: destacó que gracias al Encuentro por fin los hoteles y casas de hospedaje habían podido recuperar ventas, y hasta habían quedado rebasados. Un taxista compartió esta opinión. Tuvo suficiente trabajo después de tantos días de recaudación flaca, dijo.
En el anfiteatro casi sobre el Xibi Xibi las mujeres y disidencias indígenas realizaron ayer una asamblea de Abya Yala para tratar la forma en que seguirá la resistencia al avance de grandes corporaciones y terratenientes sobre sus territorios ancestrales y la defensa del agua en las salinas de Jujuy.
El pedido del Abya Yala
“En esta gran asamblea estamos haciendo este tejido del Abya Yala para reencontrarnos, para ver nuestras agendas pero también para decir que la red de la vida se teje en acción. No podemos decir que estamos juntas, que pueblos unidos jamás serán vencidos si nos ven divididas, si nos ven solas. Solas nunca más”, dijo la activista indígena guatemalteca Lolita Chávez.
La machi Betiana Colhuan Nahuel, de la comunidad Lafken Winkul Mapu de Villa Mascardi, en la provincia de Río Negro, recordó que las mujeres originarias, y las mujeres mapuche, “seguimos siendo atropelladas, encarceladas, golpeadas, baleadas. Hoy una mujer de nuestra comunidad ha tenido que parir engrillada, en prisión”, destacó.
“El Pueblo Mapuche está recuperando su territorio, está tratando de recuperar su cultura, su idioma, su forma antigua de la medicina, nosotros tenemos todo para ser una Nación Mapuche, porque tenemos nuestra propia medicina, nuestra forma de educación, nuestro idioma, nuestra vestimenta, nuestra cultura, sin embargo, nos han impuesto una nacionalidad ajena, nos han impuesto una religión, a latigazos les han impuesto una religión a nuestras abuelas”, denunció.
Poco antes del inicio de la asamblea había concluido frente a la casa de gobierno jujeña la Caminata por el agua y la vida, iniciada doce días antes en La Quiaca. Entre las caminantes se destacó Aurora Choque, de la comunidad Coyamboy e integrante del Malón de la Paz.
“La caminata es una protesta defendiendo todo nuestro territorio, que es desde La Quiaca hasta Jujuy”, dijo al llegar a la plaza Belgrano. Contó que hay muchos desalojos, que se suceden los problemas por falta de agua y denunció la continuidad de los procesos de apropiación del territorio ancestral.
“Mientras estábamos en la Cumbre del Agua (a mediados de septiembre en la comunidad El Moreno) ellos estaban entregando nuestro cerro Coyamboy”, sostuvo antes de invitar a pensar otras formas de resistencia, porque siempre están realizando protestas, pero “el gobierno nunca nos ha escuchado”. Con la minería “vamos a estar contaminados todos. Es un ejemplo Loma Blanca”, la mina de extracción de boráx, cerca de Coranzulí: “Mis llamas han empezado a pelarse por el polvo de Loma Blanca”, lamentó.
La mirada internacional estuvo presente con la denuncia de la desaparición en Paraguay de Carmen Elizabeth Oviedo Villalba, Lichita, la lucha de las mujeres kurdas y la condena al genocidio en Gaza.
La territorialidad también se mostró, en los talleres y en la marcha, en la presencia de la organización Tupac Amaru, de la que fue fundadora Milagro Sala. La dirigente social fue reivindicada por la comisión organizadora en el inicio del Encuentro, en el que se volvió a reclamar su libertad y el cese de la criminalización de la protesta social.
* Esta nota forma parte de la cobertura colaborativa del 37 Encuentro Plurinacional de mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, no binaries, producida entre Presentes y el Diario Tiempo Argentino.
Tiempo Argentino.