Noticias | febrero 19, 2024

«Son tiempos de reforzar las amistades en un sentido político»


Hay tantos tipos y modos de amistad como vínculos que se nombren a sí mismos de esa forma. Sin embargo, no es un vínculo que pensemos demasiado y a veces hasta es puesto en un lugar secundario frente a los lazos familiares o ligados por el amor romántico. Dos filósofas decidieron abordarlo y ese trabajo se plasmó en el libro Filosofía de la amistad. Experiencia, sentido y valor de nuestro vínculo más libre (Taurus) que hace un recorrido sobre los filósofos, la mayoría varones, que pensaron el tema en la historia de la filosofía y se adentran en debates actuales: la amistad entre mujeres, amistad queer, la sororidad, la amistad interespecies y también la amistad como refugio en contextos políticos complejos.

Desde un enfoque filosófico-feminista Laura Belli y Danila Suarez Tomé, decidieron plasmar en libro una inquietud que las acompañaba desde casi la escuela secundaria, donde se conocieron y se hicieron amigas. Ambas son doctoras en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires, docentes universitarias e investigadoras del Instituto de Investigaciones Filosóficas (SA-DAF-Conicet).

-Hay una idea de la mistad como un vínculo menor en relación a otros tipos de vínculos, ¿sigue siendo así? Y si cambió, ¿en qué?

Laura Belli: -Creo que más que devaluado, me parece que tiene que ver con que es poco reflexionado. Se reflexiona poco sobre la amistad y cuáles son los límites, cuáles son las, entre comillas, reglas, ¿cómo decimos de una persona esa amiga? ¿cuándo empieza a ser amiga? ¿cuándo deja de ser amiga? Y creo que justamente, la resistencia a veces a pensar es en profundidad, porque es un vínculo muy cambiante.

El amor romántico, con la familia, tienen un contexto atrás, es como que uno se entrega a eso y quizás no lo reflexiona demasiado, y cuando viene la reflexión viene a través de la ley, o lo que la ley dicta. En cambio, la amistad no, porque justamente lo interesante de las amistades es que no existe esta norma que indique cómo deben ser o no deben ser las amistades, cuándo comienzan o cuándo terminan. Entonces nos pareció un desafío, porque todos tenemos amigos y amigas y sabemos reconocerlos y reconocerlas, pero al mismo tiempo al tratar de decir por qué esta persona tiene la amistad conmigo es donde entramos en un terreno pantanoso que es el que nos interesaba tratar de dilucidar.

Danila Suarez Tomé: -Y también sucede que por sobre todo, también entre las mujeres hay mucha reflexión sobre el amor romántico. Por diversas razones, por razones de educación estereotipada, donde se supone que todo lo que nos tiene que interesar son nuestros posibles novios, pero también porque los feminismos tematizan al amor romántico como algo problemático y piensan y buscan otros modos de construir relaciones sexo-afectivas. Entonces, abunda la tematización del amor romántico, mientras que no abunda tanto la tematización sobre las posibilidades de la amistad como lazo social.

-En el repaso del pensamiento filosófico que hicieron se ve que en los comienzos eran solo varones los que escribían sobre la amistad, y no concebían la amistad entre mujeres. ¿En cuánto cambió o no esto?

D.S.T.: -Es importante notar que durante prácticamente toda la historia de la filosofía hasta la contemporaneidad la amistad fue pensada como la amistad masculina. Hay lo que se podría denominar una doble exclusión de lo femenino de la noción de la amistad. Por un lado, las mujeres no pueden tener amistades con varones por la heteronormatividad y, por el otro, las mujeres no podrían tener amistades con otras mujeres porque supuestamente compiten por el amor masculino. Estas dos ideas están muy presentes en todos los conceptos de filosofía, excepto algunas excepciones, como en Epicuro. La norma de la filosofía fue pensar a la amistad como una relación puramente masculina. Esto se va a ver revertido por la teoría feminista, en general, no sólo dentro de la filosofía, sino por el movimiento político feminista, que va a repensar los lazos entre las mujeres, pero también y más importante, va a pensar las posibilidades políticas que tiene el lazo de la amistad, más allá de lo que serían relaciones personales. Así que ahí hay algo disruptivo en relación con la amistad que trae el feminismo y que traemos las mujeres en la historia de la filosofía, de la amistad que lo ponemos en el libro y que me parece que es una de las cuestiones más interesantes para analizar desde nuestro propio movimiento hoy en día.

L.B.: -Porque además, haciendo una relectura de todos los autores clásicos, la mayoría varones, se ve que todas las propuestas de reflexión filosóficas en torno de la amistad tienen un componente ético-político fuerte. Y ahí el pensar que las mujeres quedan excluidas es justamente lo que dice Danila, y la recuperación que hacen los feminismos de decir: esta exclusión no es una exclusión casual, es una exclusión que también tiene que ver con justamente la idea de no participar a las mujeres a todos estos espacios comunitarios dominados por los varones. Es muy interesante la lectura que se puede hacer también a la luz de las críticas feministas. Y cómo esta recuperación de los feminismos de la idea de la amistad, de por qué se escribió lo que se escribió a lo largo de tantos años y por qué no aparecía la figura femenina. Más allá de que en gran cantidad de filósofos, incluso en la modernidad, las mujeres no eran consideradas directamente sujeto ético-político, se creía que eran totalmente incapacitadas de llevar adelante reflexiones de ese tipo por cuestiones naturales. Cuestiones que van más por una mirada patriarcal o androcéntrica del mundo.

-Abordan el concepto de sororidad que hoy pareciera que está un poco vapuleado. ¿Cómo aparece este concepto y cómo lo ven en la actualidad?

D.S.T.: -El concepto de sororidad aparece como contrapeso al concepto de fraternidad del lema ilustrado “libertad, igualdad y fraternidad” porque una de las cuestiones que mostraron las primeras teorías feministas, por ejemplo, Carol Pateman en El contrato sexual, es que la libertad y la igualdad no fueron garantizadas para todos y para todas por igual sino que a través de un pacto entre varones que expresa esa idea de fraternidad se dejó a las mujeres por fuera del ideal de la libertad ciudadana, de sujeto ético-político, de sujeto de conocimiento, etcétera, etcétera al igual que se lo hizo con sujetos subordinados en general sea por cuestiones de raza, por colonización, etcétera.

A este pacto entre varones que expresa para las primeras feministas la idea de fraternidad del lema ilustrado se opone la idea de sororidad, que viene a reflejar no el hecho de que todas las mujeres tenemos que hacer amigas entre todas, sino que tenemos que pactar públicamente para ayudarnos entre todas, a poder elevarnos, socialmente. Por fuera de ese sentido se puede ver también el lema de “no se libera una sino que nos liberamos todas». Esa es la idea del pacto entre mujeres, de decir, vamos a luchar en conjunto con objetivos clave para poder avanzar entre todas, y no que solamente algunas por determinados privilegios de raza o de clase o lo que fuere puedan conseguir algunos beneficios dentro de un mundo patriarcal hecho por varones. La idea es: no somos amigas porque nos caemos bien sino que lo que hacemos es pactar, tendemos lazos sororos entre nosotras para poder conseguir cosas que nos interesan, políticamente. Y ahí está recogido parte de lo que nosotras queríamos mostrar con la definición que proponemos, que tiene que ver con la idea de intereses compartidos. Tiene que haber cierto interés compartido, no son todos los intereses compartidos, en este caso de amistad política los pensamos como objetivos políticos compartidos, derechos en términos de los derechos humanos compartidos por todas las mujeres.

L.B.: -Muchas veces sororidad se entiende como: no puedo criticar a otra mujer porque la identifico como mujer como yo. Y no, justamente sororidad no tiene que ver con que te identifiques como mujer, lo cual ya tiene bastantes problemas por su lado, sino con que compartimos los mismos intereses. Estamos pensando todas en acciones que llevan a nuestra liberación, que lleven a el fin de la opresión y en ese sentido la sororidad se plantea por los feminismos como objetivo político, no en un sentido de no se puede criticar mujeres ni en un sentido de tengo que estar de acuerdo o apoyar las ideas de otras mujeres solamente porque pertenecen a mi mismo sexo biológico, y se reconocen identitariamente como yo, sino en función de reconocer esta desigualdad que hay a partir del pacto de varones.

-Otra cuestión que aparece en el libro es el fin de la amistad, que no es algo de lo que solemos hablar…

L.B.: -El fin de la amistad es un componente esencial para pensar las relaciones de amistad. Al ser relaciones que estructuran libremente, está también la posibilidad de salir de ella libremente. Pensamos en el fin de la amistad cuando no se debe a una muerte, también es un duelo particular y especial y diferente a otros duelos en tanto hay alguna manera de llamar atención a nuestro propio ego, porque nos hemos reflejado en nuestras amistades. Pero sacando ese duelo, los duelos que tienen que ver con el fin de la amistad, porque la otra persona decidió terminar la amistad, porque nosotros decidimos terminar la amistad, porque simplemente se diluyó, son parte inherente de las amistades. Y es diríamos como uno de los componentes esenciales que determina al vínculo como un vínculo libre.

Al principio aparecía constantemente la idea de la libre elección del vínculo y esta libertad tiene de más características muy particulares, y tiene que ver con el cuidado del otro. Es la libertad pensada en función del cuidado de los demás, también de cuidar de la amistad, de cuidar de los amigos y de las amigas en términos de reciprocidad y el duelo, el fin de la amistad, es una parte diríamos como una manera natural de este tipo de relaciones. Y no se suele hablar primero porque duele, todo duelo duele y segundo porque existe la fantasía de que los amigos son para siempre. Y no, la idea de la amistad es que tengas amigos porque siguen compartiendo intereses en común, cuidado mutuo, no porque viene desde hace tiempo.

-Y lo último que me parece muy interesante es lo de la amistad con otras especies, ¿cómo es que decidieron incorporar el tema?

L.B.: -Primero una nota personal, ambas tenemos mascotas, tenemos animales de compañía, hemos convivido con perros, con gatos…

D.S.T.: -¡Tengo un zoológico y quiero más! (risas).

L.B.: -Entonces ya teníamos ese interés o reflexión sobre qué es lo que implica vivir con animales de compañía, lo charlábamos constantemente y lo empezamos a trabajar. Nos sirvió toda la propuesta de Dona Haraway, de repensar nuestros vínculos de amistad con los otros animales con los que cohabitamos el planeta y además pensar especialmente estos animales de compañía que están con nosotros desde siempre, desde lo que sería como los inicios de la civilización. Nos forman a nosotros y nosotras como seres humanos y fueron parte también de los cambios que fuimos atravesando. Hacen que no podamos pensarnos a nosotras mismas sin pensar en nuestros animales de compañía y viceversa.

Pensar sobre las posibilidades de tener amistades con nuestros animales de compañía tiene que ver con pensar en el cuidado de todos los grandes organismos de los cuales formamos parte, de los cuales los animales de compañía son la muestra más cercana y cotidiana que tenemos. Más allá de que hoy, además, ocupan un lugar central en muchísimas sociedades envejecidas, porque son verdaderamente la compañía de muchísimas personas que viven solas. Y frente a la epidemia de soledad que se está dando con el envejecimiento poblacional cumplen un rol, diría que casi tan importante como el que cumplían originalmente de defendernos de cualquiera que nos quisiera atacar. Cuando llevamos eso al resto de las especies, también vemos qué lugar ocupamos en el mundo. Y cuáles son los problemas de ocupar el lugar que ocupamos, este lugar central y primordial que nos pone como reyes y reinas de la creación y de todo en función de destruir, de no ver que somos parte del mismo planeta que destruimos.

D.S.T.:- Y también el hecho de repensar los vínculos con los animales, nosotros tenemos vínculos de amos de dueños, de consumidores, de cazadores. ¿qué pasaría si repensamos nuestra relación con los animales como relaciones de amistad? Lo que Dona Haraway también llama el pensamiento simbiótico de lo biológico, de pensarnos en simbiosis con todo lo que está en nosotros, teniendo en cuenta también que, por ejemplo, nuestro cuerpo está habitado por millones y millones de microorganismos bacteriales que tienen su propio genoma y que son parte de nuestro bienestar y si ellos están bien, nosotros estamos bien. También de qué vuelta le podemos dar a nuestra relación con nosotros seres vivos y las pensamos desde el punto de vista de la amistad y de generar relaciones de reciprocidad.

L.B.: -Desde un punto de vista del conocimiento es súper interesante correr a los animales de este lugar de subordinados, de cosas que tenemos, de cosas que son para nuestro uso y nuestro consumo. El ponerlo de otro lado, abrió en los últimos años un sin fin de estudios sobre lo que tiene que ver con la capacidad de sensibilidad cognitiva y demás del resto de los animales que antes se pensaban que eran mecánicos, que sentían miedo y placer, fin. Lo que se ve ahora es que tienen realmente emocionalidad complejísima.

D.S.T.: -Y funciones cognitivas muy complejas. Todas las investigaciones sobre el pulpo, ¡por favor!

L.B.: -Un pulpo que es un animal que hace 50 años se pensaba como lo mismo que un pez y sin embargo tiene capacidad cognitiva y eso se empezó a ver y a trabajar desde el momento en que se cambió la mirada. Si a eso lo empezamos a llevar a todas las áreas, no sólo modifica cuestiones filosófico antropológicas, también tiene una cara ética importante.

-Y ahí aparece también el tema del vegetarianismo y el veganismo, que ustedes mencionan.

L.B.: -Absolutamente, pero también el tema del avance sobre los territorios donde habitan estos animales, cómo se logra la convivencia con esos animales desde miradas que no son cada uno por su lado, animales por un lado, seres humanos por el otro, sino tratar de ver cómo puede darse esa convivencia pensando en todos como parte del mundo.

-¿Alguna reflexión final?

L.B.: -La importancia que tienen las amistades en este momento. La idea de la amistad como refugio frente a las situaciones que nos exceden, que nos angustian. Creo que son tiempos de reforzar las amistades en un sentido político como para también tener espacios de sociabilización, cuidado recíproco y volver a salirnos de este individualismo de que los demás hagan lo que quieran. Y empezar de nuevo a formar espacios comunitarios basados en ideales políticos para una vida mejor.

Fuente: Página/12.

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