Preparativos para consolidar la colonia
El águila sobrevuela cada vez con mayor frecuencia la geografía de su patio trasero.
Desde Paraguay, hace ya tres años, el Comando Sur de los Estados Unidos viene diagramando y planificando las exportaciones que recorren el río Paraná.
Si las relaciones legales no alcanzan, la DEA descubre cientos de kilogramos de cocaína frente a la ciudad de Rosario o en los puertos del sur santafesino para demostrar que los controles deben ser multinacionales.
La ministra de Seguridad de la Argentina, Patricia Bullrich, ya prometió incluir la ley Rico, del año 1970, vinculada a extorsiones y organizaciones sindicales, atrasando 54 años pero recitando el credo de la dependencia.
También se habla de modificar las leyes que prohíben la participación de las fuerzas armadas en conflictos internos con la excusa del combate contra el narcotráfico, negocio que los distintos gobiernos estadounidenses ayudaron a desarrollar diciendo lo contrario.
Preparativos para consolidar la colonia.
Preparativos para profundizar la última etapa del saqueo de las riquezas del pueblo argentino. Antes de la última Navidad transitada, la llamada Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) respaldó el decreto de necesidad y urgencia (DNU) con el que Javier Milei dice que busca desregular buena parte de la economía al plantear que convertirá “nuevamente a la Argentina en un país viable”.
A través de un comunicado, la entidad que nuclea a más de 700 empresas estadounidenses valoró que el Gobierno “se disponga a tomar medidas que permitan el pleno desarrollo social y económico del país, estableciendo una amplia desregulación del comercio, los servicios y la industria en todo el territorio nacional, y dejando sin efecto muchas de las restricciones a la oferta de bienes y servicios, así como toda exigencia normativa que distorsione las condiciones establecidas en un mercado de libre competencia”.
AmCham destacó “una nueva esperanza de que nuestro país pueda revertir un largo período caracterizado por el estancamiento económico, altísimas tasas de inflación, intervencionismo innecesario y destructivo del Estado, déficits en las cuentas públicas, alta presión tributaria combinada con informalidad insostenible y un muy significativo aumento de la pobreza”.
Casi las mismas palabras que pronunció José Alfredo Martinez de Hoz cuando asumió como ministro de economía del terrorismo de estado, la dictadura de las desapariciones y la deuda externa.
El 26 de diciembre, desde la Patagonia, el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, luego de reunirse con el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, comentó la posibilidad de establecer una alianza con el imperio “para patrullar conjuntamente las aguas territoriales. La propuesta contempla que buques de guerra de bandera norteamericana tengan acceso para patrullar la costa o eventualmente amarrar en puertos nacionales.
Durante años, las costas patagónicas han experimentado prácticas ilegales que han tenido un impacto devastador en el caladero local. La presencia masiva de buques, en su mayoría de bandera china, ha llevado a una disminución alarmante de recursos, afectando sectores clave de esta industria nacional. La iniciativa liderada por Torres busca establecer un marco de cooperación con Estados Unidos para llevar a cabo patrullajes más efectivos y disuadir la pesca ilegal. La propuesta apunta a “garantizar la protección de los recursos marítimos de Chubut y fortalecer la infraestructura portuaria local”, apuntaron los medios de comunicación.
Desde Paraguay a la Patagonia, los preparativos del nuevo desembarco de los intereses norteamericano profetizan nuevos saqueos, nuevas dependencias.
La esperanza, como siempre, reside en la fenomenal y tozuda resistencia de los pueblos del sur del mundo que más temprano o más tarde aparecerá una vez más en estos atribulados arrabales del cosmos.
Fuente: pelotadetrapo.org