Con Enrique Angelelli en el andar

Este 4 de agosto volvemos a abrazar el legado profético de compromiso con lxs más emprobecidxs de nuestro hermano y compañero Monseñor Enrique Angelelli, nacido en Córdoba, Argentina, el 17 de julio de 1923.

Hacemos presente a un hombre entregado día a día a su comunidad y que también dio la pelea en las esferas institucionales de la Iglesia Católica.

Como partícipe del Concilio Vaticano II, en calidad de obispo, acuerpó las renovaciones impulsadas por el sector cercano a los pueblos oprimidos.

Con la experiencia que le dejó su labor de asesor de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), llevó adelante un trabajo pastoral memorable en La Rioja, logrando que numerosos jóvenes se sumaran al sacerdocio y las diversas tareas parroquiales.

Su periodo de obispado en aquella diócesis dio sus frutos en forma de cooperativas campesinas, sindicatos de peones rurales, empleadas domésticas y mineros, dando cuenta de su concepción del Evangelio como aquella construcción en la que cada quien, en comunidad, es protagonista de su propia liberación.

Su rol entonces era incómodo a las élites rurales, con Amado Menem, hermano del entonces gobernador Carlos Menem, como uno de sus principales detractores.

Al momento del golpe militar-cívico-eclesiástico-empresarial, 24 de marzo de 1976, Angelleli era señalado como agitador social.

Monseñor Angelelli fue asesinado el 4 de agosto de 1976, cuando volvía junto al padre Arturo Pinto de oficiar una misa en homenaje a dos sacerdotes asesinados.

Fue hasta el 4 de julio de 2014 que Luciano Benjamín Menéndez y Luis Fernando Estrella fueron condenados a cadena perpetua por el crimen.

¡Monseñor Enrique Angelelli presente, ahora y siempre!

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